sábado, 28 de enero de 2017

Lomo a la naranja con Oporto

Una receta sencilla y barata, de las que se pueden hacer cualquier día, porque es rápida de hacer y a los niños les parece un plato de fiesta; siendo a la vez sano, porque apenas lleva grasa, aunque sí algo de azúcar. Está basada en una receta de Cristina Galiano, que es una fantástica cocinera y experta en nutrición a la que sigo desde hacer años.
¡Vamos a por ella!

Ingredientes:
1 trozo de lomo de cerdo de kilo o kilo y medio
4 cucharadas de aceite de oliva (= 1/2 dl)
El zumo de una naranja grande (= 2 dl
aproximadamente)
Un trozo de la piel de naranja
3 cucharadas de azúcar
10 cucharadas de Oporto o de vino blanco bueno (= 1 dl)
Sal
Pimienta blanca molida (yo mezcla de pimientas recién molidas)

Preparación:
Quitamos a la cinta de lomo toda la grasa posible que pueda tener y la doramos en la olla con el aceite para sellarla por todos lados y que luego no pierda jugos. Al dorar el lomo hay que intentar cogerlo con dos espátulas y no con tenedor, para no pincharlo y que no suelte jugo, porque si no, quedaría reseco.
Una vez dorada la carne, salpimentamos y añadimos la cáscara de naranja (sin nada de blanco para que no amargue), el zumo, el
 azúcar y el vino y dejamos a fuego fuerte un poco para que se evapore el alcohol.

Cuando veamos que ha reducido un poco el caldo, tapamos la olla con su tapa de presión y dejamos cocer durante 10 minutos desde que salen las dos rayitas de la válvula. El tiempo va a depender mucho de la olla que usemos, en las super rápidas puede llegar a ser suficiente con 6 minutos de cocción, pero en las antiguas quizá se necesiten hasta 15 minutos. Así que al apagar la olla y dejar que pierda presión, abrimos y comprobamos cortando una rodajita, si está hecho al punto que queremos o no. Si le falta tiempo, con ponerlo dos minutos más es suficiente. Mejor tener que hacer esto que no que se quede reseco, que entonces no hay quien lo coma.
Si os gusta la salsa espesa, como es mi caso, retiráis el lomo una vez hecho y dejáis al fuego destapada la olla con la salsa para que reduzca un poco, o bien le añadís maizena express, que sirve para espesar en caliente, o en un poco de agua fria diluís una cucharada de maizena normal y la añadís a la salsa para que dé un hervor y espese a vuestro gusto.
Por supuesto, si os gusta más dulce podéis añadir 1 ó 2 cucharadas más de azúcar, pero a mi con el
 Oporto, que ya es un vino dulcito,
así me parece que queda fenomenal.
En caso de usar vino blanco sí pondría 4 cucharadas de azúcar en lugar de tres.
Ni que decir tiene, que en caso de que os guste que sepa mucho a naranja, podríais sustituir el vino por licor de naranja, cointreau o Grand Manier, pero es este caso en lugar de 1 decilitro pondríamos la mitad de alcochol: 1/2 decilitro.

Se puede acompañar con rodajitas de naranja o gajos de mandarina que se cocieran ligeramente en la salsa. En nuestro caso, con patatas fritas, que con los niños es lo que triunfa seguro.

Espero que os guste.


domingo, 8 de enero de 2017

Salsa Brava (sin tomate)

En la calle donde vivía de pequeña había un bar conocido por sus patatas bravas, ricas y especiales, porque no eran las típicas patatas con salsa de tomate y tabasco, sino con una salsa casera, hecha a base de pimentón y que me recuerda mucho a una que probé este verano en Ponferrada en uno de los sitios típicos de tapas, donde sirven unos mejillones y unas patatas picantes, ambas cosas con una salsa como ésta. También en Santiago de Compostela sirven unos mejillones muy famosos que llaman tigres y van con una salsa como la de esta receta. No dejéis de probarla, está para mojar pan y no parar.

Ingredientes:

1 diente de ajo
1/2 cebolla muy picada
1 cucharada de harina
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de pimentón picante
Sal a gusto
Aceite de oliva virgen extra
1 vaso de agua o caldo (si es para mejillones, mejor poner parte del caldito de abrirlos)

Preparación:



Pochamos la cebolla y el ajo con una pizca de sal hasta que la cebolla se ponga
transparente. Añadimos la harina, espolvoreando con un colador para evitar grumos, y cocinamos un ratito para que la harina no sepa a crudo. Se habrá formado una especie de masa, llamada roux, como cuando preparamos bechamel. Así que ahora añadimos el pimentón (tanto el dulce como el picante) y le damos una vuelta rápida para que no se queme; que si se quema, amarga.  Añadimos el agua y dejamos espesar, moviendo bien para que no se formen grumos ni se pegue.

Una vez ha espesado, pasamos la salsa por la batidora y probamos de sal.

Servimos calentita sobre las patatas o los mejillones.

Fácil ¿no?.


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