sábado, 25 de junio de 2016

Pasta Fresca


No puedo decir otra cosa que deliciosa. Si probáis la pasta casera vais a notar una diferencia brutal con respecto a la comprada. Qué rica, qué bien coge el sabor de las salsas, qué suave y qué de cosas se pueden hacer con ella.
No es necesario tener máquina de pasta para hacer pasta fresca casera, pues con un rodillo se puede dejar bien finita también, aunque la máquina de pasta facilita mucho el trabajo, la verdad. En mi caso, en mi viaje de novios me autoregalé una “Imperia” y soy feliz con ella.

Ingredientes:

Huevos (1 por persona)
100 gr de harina por cada huevo
1 cucharada de aceite hasta 250 gr de harina. Si hacéis por ejemplo 500 gr añadís otra cucharada más de aceite.
Una pizca de sal

Preparación:

Modo tradicional

En un cuenco amplio ponemos la harina, hacemos un hueco en el centro y añadimos los huevos, el aceite y la pizca de sal y mezclamos con las manos, sin miedo, hasta que se forme una masa manejable; si la notamos pegajosa añadiremos un poquito más de harina.
Una vez preparada la masa, hacemos con ella una bola y la dejamos reposar una hora en el cuenco, tapada con film transparente.
Una vez reposada, ya tenemos la masa lista para hacer la pasta de la forma que queramos. Si no tenemos máquina de pasta, para preparar lasaña o canelones, simplemente pasamos el rodillo muchas veces, hasta dejarla bien fina (mejor si conseguimos que al cogerla se nos transparente, porque luego al cocerla, engorda). Para tallarines, hacemos como si fuera para lasaña, pero luego formamos un rollito de masa y vamos cortando en tiritas, que al estirarlas serán nuestros tallarines.
En caso de tener máquina de pasta, espolvoreamos con harina la pasta y el rodillo de la máquina y hacemos varias bolitas de masa, que iremos pasando por la máquina hasta dejarla bien fina. En mi caso la paso unas tres veces por el primer rodillo y luego la voy pasando dos veces por cada nivel, hasta llegar al más fino de todos y, como podéis ver en las fotos, queda muy finita y elástica.
Dejamos secar la pasta, en mi caso la cuelgo en perchas de la ropa de las de plástico, bien limpias.

¡Y ya tenemos la pasta lista para cocer en menos de 2 minutos y acompañar con el relleno o la salsa que más nos guste!. ¿A que no era para tanto el trabajo y está riquísima?.


En Thermomix

Ponemos en el vaso los ingredientes en el orden y amasamos 15 segundos velocidad 6. Después amasamos 2 minutos en espiga. La masa debe quedar manejable; si la notamos pegajosa, habrá que añadir un poco más de harina. Una vez preparada la masa, hacemos con ella una bola y la dejamos reposar una hora en el vaso, tapada con film transparente.


Una vez reposada, ya tenemos la masa lista para hacer la pasta de la forma que queramos. Si no tenemos máquina de pasta, para preparar lasaña o canelones, simplemente pasamos el rodillo muchas veces, hasta dejarla bien fina (mejor si conseguimos que al cogerla se nos transparente, porque luego al cocerla, engorda). Para tallarines, hacemos como si fuera para lasaña, pero luego formamos un rollito de masa y vamos cortando en tiritas, que al estirarlas serán nuestros tallarines. En caso de tener máquina de pasta, espolvoreamos con harina la pasta y el rodillo de la máquina y hacemos varias bolitas de masa, que iremos pasando por la máquina hasta dejarla bien fina. En mi caso la paso unas tres veces por el primer rodillo y luego la voy pasando dos veces por cada nivel, hasta llegar al más fino de todos y, como podéis ver en las fotos, queda muy finita y elástica.
Dejamos secar la pasta, en mi caso la cuelgo en perchas de la ropa de las de plástico, bien limpias.

¡Y ya tenemos la pasta lista para cocer en menos de 2 minutos y acompañar con el relleno o la salsa que más nos guste!.
Si queremos cocer la pasta con la Thermomix, pondremos en el vaso un litro y medio de agua por cada medio kilo de pasta, sal y una cucharada de aceite y programaremos 7 minutos, 100º, vel.1. Agregamos la pasta por el bocal de la tapa (donde normalmente colocamos el cubilete) y la coceremos 3 minutos, 100º, velocidad cuchara. Escurrimos usando el cestillo o el varoma y servimos

de inmediato, acompañando con la salsa que hayamos elegido.

SI QUEREMOS PASTA DE COLORES usaremos estos ingredientes en estas proporciones, según el color que nos apetezca conseguir:
- Verde - 200 gramos de harina, 1 huevo, 20 gramos de espinacas cocidas en agua con sal y bien escurridas, 1 cucharada de aceite y sal.
- Rosa - 200 gramos de harina, 2 huevos, 1 cucharada de aceite, sal y una cucharada de concentrado de tomate (son unas latas pequeñitas que venden en Mercadona)
- Marrón - 200 gramos de harina, 2 huevos, 1 cucharada de aceite, sal y 1 cucharada de cacao amargo en polvo.
- Fucsia - 200 gramos de harina, 2 huevos, 1 cucharada de aceite, sal y remolacha triturada.
- Negra - 200 gramos de harina, 2 huevos, 1 cucharada de aceite, sal y tinta de calamar.

En esta foto acompañé la pasta con tres salsas diferentes, cuyas recetas colgaré en breve: una salsa pesto, una boloñesa y una de gambas con champis al ajillo.


miércoles, 8 de junio de 2016

Solomillo de cerdo marinado

Me encanta el solomillo así, hecho filetitos, porque me recuerda a mi infancia. A mis hijos les gusta tanto como me gustaba a mi y eso me encanta. Gracias, mamá, por ser la gran cocinera que eres; contigo he aprendido tanto que ni en mil vidas podré pagarte todo lo que haces por mi.

Ingredientes:

1 solomillo de cerdo
4 dientes de ajo
sal
pimienta
vino blanco para cocinar o vinagre blanco
aceite de oliva virgen extra

Preparación:


Cortamos el solomillo en filetitos, los cuales además estiraremos machacando con un cuchillo ancho o bien con la base del mortero (si es de los de mármol) o con un quemador o lo que tengáis más a mano que os pueda servir para aplanar un poco los filetes y dejarlos aún más tiernos. En mi caso corto yo el solomillo porque compro el congelado en una sola pieza de Mercadona, que sale muy bien en relación calidad/precio. Si lo compráis fresco en una carnicería, pedidle al carnicero que os haga él los filetitos y así trabajáis menos, que hoy en día el tiempo es oro.
Salpimentamos los filetitos y los vamos colocando en un taper o un cuenco, uno al lado de otro, hasta formar una capa. Cortamos láminas de ajo y las vamos colocando por encima. Después, salpicamos con un poco de vino blanco o de vinagre (mi madre siempre usaba vinagre y quedan riquisimos. En mi caso, mi marido odia el olor a vinagre, así que echo vino blanco o brandy y también quedan de espectáculo). Finalmente colocamos los filetitos que no hayan cabido en esta primera capa por encima y repetimos la operación: ajito y vino blanco o vinagre. Tapamos el cuenco con su tapa o con papel film y dejamos reposar en el frigorífico al menos media hora (si son 3 horas o de un día para otro, mejor, más sabor coge la carne).

Una vez marinados los filetitos, calentamos un poco de aceite en una sartén y los vamos haciendo por los dos lados. Retiramos directamente a la fuente donde los vayamos a servir y, por supuesto, regamos con el caldito que haya quedado en la sartén.

Son ideales para cenar, junto con una ensalada o unas patatas, puré o lo que más os apetezca. En nuestro caso los hice para comer y acompañé con unas patatas gratinadas.


domingo, 5 de junio de 2016

Patatas con costra

Crujientes por fuera, tanto que parece que las hubiéramos rebozado con harina (aunque no llevan nada más que la propia patata y el aceite de freírlas), pero tiernas por dentro. Gustan a todos, así que no podéis dejar de hacerlas.
Con salsa brava son mi perdición.

Ingredientes:
Patatas (yo cuento unas dos grandecitas por persona)
Sal
Agua
Aceite de oliva para freír

Preparación:
Pelamos y lavamos las patatas y las troceamos en grande, como más nos guste, según vayamos a usarlas para acompañar un asado o para hacerlas con una salsa de acompañamiento. En mi caso, si son para acompañar pollo asado u otra carne grande, las corto en rodajas gordotas. Si son para patatas bravas, para dipear o para los niños, las corto en bastones gruesos, como las de la foto.
Las ponemos en la olla rápida encima de un cestillo, con unos tres dedos de agua, para que se hagan al vapor. En mi caso con 5 minutos desde que sube la válvula de la olla es suficiente. Pero lo comprobáis pinchando y viendo que están blanditas pero sin deshacerse. Si no tenéis olla exprés, las ponéis a cocer en agua hasta que estén blanditas pero no deshechas. Las escurrimos bien y salamos.
Calentamos aceite (yo en la freidora a 180ºC) y cuando esté bien caliente las vamos poniendo por tandas a freir, para que el aceite no pierda temperatura. Cuando se les haya formado una costra dorada y crujiente por encima las sacamos a un plato con papel absorbente para quitar el exceso de grasa y ¡listas para comer!.

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