viernes, 28 de octubre de 2016

Buñuelos fáciles de naranja

Estos buñuelos son la típica receta de pueblo que te da tu tía o tu abuela con medidas de las de andar por casa. He pesado cada ingrediente para las personas que no se atrevan a hacerlos sin medidas "exactas". Ya veréis que son fáciles porque no hace falta escaldar la harina en el agua ni nada parecido; ideales para hacer con niños y muy resultones, porque además tienen un sabor y un aroma deliciosos. No pueden faltar en estas fiestas, así que manos a la obra.

Por supuesto, se puede sustituir la naranja por dos mandarinas y quedan también de vicio.

Ingredientes:
Vaso y medio de harina (230 gr)
1 naranja entera (con piel y todo)
1/2 sobre de levadura de repostería (los polvitos blancos de hacer bizcochos)
3 huevos (los míos L)
5 cucharadas de azúcar (85 gr)
3 cucharadas de leche (25 gr)
Azúcar con canela en polvo para rebozar
Aceite para freir

Preparación:
Limpiamos muy bien la naranja y la troceamos para quitar si tiene algún pipo. Echamos los trozos en el vaso de la batidora y añadimos los huevos, el azúcar y la leche. Trituramos (quedarán cachitos muy pequeñitos de naranja; no queremos una simple papilla espesa. En la foto creo que se aprecian bien los cachitos que quedan). En Thermomix trituramos 30" velocidad 3-5-7.
Una vez triturado añadimos la harina tamizada con la levadura. Yo tenía
"bizcochona", así que no he añadido levadura. Volvemos a triturar para mezclar bien y que no queden grumos de harina. En la Thermomix 7" velocidad 3-5.
Tapamos con film de cocina y dejamos reposar media hora mientras vamos preparando el azúcar con canela y el aceite para freir.
Una vez ha transcurrido la media hora veremos que la masa presenta burbujitas y está algo esponjosa. Así que ya podemos empezar a freir los buñuelos. En una sartén amplia (porque los buñuelos se van hinchando cuando los freímos), con el aceite a fuego medio, vamos echando al aceite ya caliente  pegotitos de masa con ayuda de dos cucharillas de las de postre.
Damos la vuelta a cada buñuelo cuando se hayan dorado por un lado y los
sacamos a un plato con papel absorbente cuando ya los hayamos dorado por ambos lados.
Rebozamos en el azúcar con canela y ¡a disfrutar!.


Así solos ya están de miedo, pero si los rellenáis de crema pastelera ya son el súmmum.


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