Estos moldes tan maravillosos me los regaló mi primo Javi, que es un cielo, al oirme despotricar el año que me compré los moldes del rabito doblado. Gracias, primito, estas van por ti :)
Mi abuela y mi tia Amparo hacían el doble de cantidad. Yo os pongo la receta con la mitad de ingredientes, que es como la hago yo para no tirarme dos siglos en la cocina, que con mi peque ya no es posible.
Ingredientes:
1/2 docena de huevos
1/4 kg. harina
1/2 litro de leche
1/2 cascarón de huevo lleno de aceite
1/2 cascarón de huevo lleno de aguardiente
Preparación:
Hacemos una masa líquida del siguiente modo: Batimos los huevos. Añadimos la leche y mezclamos. Vamos añadiendo la harina poco a poco y batiendo con la batidora para que se deshaga bien y no haya grumos. Una vez disuelta la harina, añadimos el aceite y el aguardiente.
Ya tenemos la masa hecha. Ahora tenemos que poner dos cacerolas a calentar con aceite (yo uso de oliva virgen extra, pero valdría del de girasol para freir). Una de las cacerolas (donde vamos a hacer las flores) ha de ser profunda, para que podamos freirlas bien sin salpicarnos al mover el molde para despegar la masa. La otra cacerola la tenemos con aceite caliente para ir metiendo el molde cada vez que estamos friendo una flor y que no se nos enfríe. Además, si vamos necesitando más aceite en la cacerola honda, lo vamos cogiendo de esa otra. En lo que se calienta el aceite metemos dentro de una de las cacerolas el molde, para que se vaya calentando. Para hacer las flores el aceite ha de estar muy muy caliente, porque si no, no se quedará la masa pegada al molde ni se despegará luego bien al meterla en el aceite.
Cuando el aceite y el molde estén bien calientes, mojamos el molde en la masa, sin que la masa cubra el molde por completo, que si no no podríamos despegar las flores, y lo metemos corriendo en el aceite bien caliente, moviendo en círculo el molde hasta que se despegue la masa. Entonces metemos el molde ya sin masa en la otra cacerolilla con aceite caliente para que no se enfrie y vamos dorando la flor por los dos lados. Sacamos a escurrir en una bandeja con papel absorvente y vamos haciendo otra flor.
Rebozamos las flores en azúcar con canela y ya están listas para comer.
Una vez terminamos de freir todas las flores que hagamos, el molde no lo fregamos, sino que lo dejamos enfriar en el aceite y lo envolvemos en papel de periódico estando aún templado o caliente para que "no se resfríe". Así estará en perfectas condiciones cuando queramos usarlo otra vez, aunque pasen años entre tanto.
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Qué chulada !!!! Algún día las haré con mi Carlos. Gracias guapa
ResponderEliminarMe alegro de que te gusten. Además están buenísimas. Eso sí, esta receta no es para hacerla con niños, excepto el mezclar las cosas, porque esta masa es líquida y el aceite ha de estar muy caliente para hacerlas, por lo que es muy peligroso que haya niños cerca. Y luego para rebozarlas en el azúcar con canela, como son tan delicadas, si las reboza un niño, como que el trabajo se pierde porque las va a romper en mil pedazos según las coja...
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