Con sólo tres ingredientes sorprende cómo se puede hacer un bizcocho tan esponjoso y suave como éste. Hay que ver lo listos que son estos japoneses.
La receta la conseguí de Florelila, que la compartió en su blog el año pasado y la tenía pendiente de hacer. Así que, aprovechando que mi peque ha hecho ya dos añitos, me puse manos a la obra para aprovechar el horno metiendo dos bizcochos a la vez. Y me alegro de haberlo hecho, porque repetiré seguro. Es un pastel tan tierno, que se va deshaciendo en la boca según lo rozas. Una delicia.
Ingredientes:
3 huevos grandes
120 gr. de chocolate blanco
120 gr. de queso de untar
Preparación:
Precalentamos el horno a 170ºC con calor arriba y abajo, sin aire. Este pastel se hace al baño María, así que metemos dentro del horno, cuando lo vayamos a precalentar, una fuente de horno en la que quepa el molde (el mío de Ø18 cm) que vamos a usar para hacer el pastel y echamos en esa fuente unos 2 ó 3 dedos de agua, de manera que cuando metamos dentro el molde con la masa del pastel, no cubra el agua más de la mitad de las paredes del molde, para que no se moje la masa por arriba mientras se cocina.
Separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve fuerte (vamos, que se pongan muy blancas y brillantes y al mover el cuenco donde las montamos, no se muevan. Lo que hacían en master-chef de ponerse el cuenco boca abajo encima de la cabeza y que no se les cayeran las claras). Reservamos.
En un cuenco apto para microondas fundimos el chocolate blanco poco a poco. En mi caso, que el microondas es de 800W, lo pongo unos 40 segundos, remuevo bien y voy fundiendo ya luego el chocolate a intervalos de 20 segundos, para que no se queme, porque el chocolate blanco es muy delicado y si nos pasamos de calor, se cuartea y amarga.
En un tercer cuenco, batimos el queso crema y le añadimos el chocolate fundido. Mezclamos bien con las varillas para asegurarnos de que no queden grumos y añadimos las yemas. Cuando ya se haya mezclado todo bien y parezca una papilla fina, añadimos las claras montadas suavemente y con movimientos envolventes, para que no se baje la mezcla.
Echamos la masa en un molde antiadherente para horno (yo le pongo en la base papel de hornear) y metemos en el horno ya caliente, dentro de la fuente que pusimos con el agua, que ya estará también caliente. Horneamos durante 30 minutos a 170ºC y cuando acabe el tiempo, sin abrir la puerta, lo dejamos dentro del horno durante 15 minutos más, pero esta vez con el horno ya apagado.
Sacamos el molde de la fuente con agua y dejamos enfriar antes de desmoldar.
Veréis que en el horno sube y al enfriar baja un poco. Es normal.
Antes de servir, espolvoreamos con azúcar glas y ¡a disfrutar!.
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Muchas gracias por nombrarme, te ha quedado genial.
ResponderEliminarDe nada. Es un placer compartir recetas tan ricas y reconocer a cada uno lo suyo. Un abrazo.
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