La forma preferida de mi hijo mayor de
comer los espagueti. Parecidos a los carbonara, pero añadiendo nata líquida,
que de siempre nos ha gustado. Rápidos y muy fáciles de preparar.
Ingredientes:
100 gr de espagueti por persona (en el
caso de niños, unos 60 gr).
1 brick pequeño (200 ml) de nata líquida
Medio paquete de bacon en lonchas
1 ó 2 huevos
Agua para cocer la pasta
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra molida (a poder ser la
molemos al momento)
Queso rallado para pasta (en mi caso,
grada pradano)
Preparación:
Ponemos abundante agua con un chorrito
de aceite a hervir. Cuando el agua empiece a cocer, añadimos sal y la pasta y
dejamos hervir a borbotones hasta que la pasta esté “al dente”. Normalmente en
el paquete los fabricantes suelen indicar cuánto tiempo se necesita, pero por si acaso, en casa hacemos dos pruebas: la
primera es cortar un espagueto por la mitad y ver que quede un puntito pequeño
blanco en el centro. Eso querrá decir que la pasta está casi hecha, pero con
ese puntito pelín duro al final, que hace que los italianos llamen a este punto
“al dente”. La segunda, que es la que mi hijo pone en práctica, es lanzar un
espagueto contra los azulejos de la cocina y, si se queda pegado, es que ya
está en su punto la pasta.
Una vez cocidos los espagueti, los
escurrimos y reservamos. (Si vamos a tardar un ratito en añadirles la salsa,
echamos un chorrito de aceite por encima, no mucho, y removemos, para que no se
queden apelmazados).
Mientras se cuece la pasta, cortamos en
bacon en trocitos y reservamos. Además, en un cuenco, batimos el huevo (suele
ser 1 huevo por cada dos ó tres personas), la nata, un poco del queso rallado y
pimienta negra molida.
En la cazuela donde hemos cocido la
pasta echamos, sin aceite, el bacon en trocitos y dejamos que se dore y suelte
grasilla (si suelta mucha, la retiráis antes de añadir la pasta). Cuando esté a
nuestro gusto, añadimos los espagueti y movemos bien, de forma que la pasta
absorverá lo pegado del bacon a la cazuela y cogerá todo el sabor. Añadimos la
mezcla de nata, huevo y queso y movemos al fuego, dejando que reduzca. Molemos
otro poquito de pimienta por encima y servimos caliente.
Acompañamos con más queso rallado, si
nos gusta.
¡Al ataque!
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